lunes, 3 de marzo de 2008

Texto en la Tumba de un Obispo en Westminster

Este texto no es precisamente oriental pero me parece que encaja con la temática, disfrutadlo:

Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui envejeciendo y aprendiendo, descubrí que el mundo no quería cambiar, así que convertí mis objetivos en más modestos e intenté cambiar solo mi país. Pero, ay, también parecía inamovible. Cuando llegué a la vejez, en un último y desesperado intento, me conformé con intentar cambiar únicamente mi familia, los más cercanos a mí, pero ellos tampoco querían. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente comprendo : Si tan sólo hubiera intentado cambiarme a mi mismo, tal vez siguiendo mi ejemplo mi familia hubiera cambiado. Mediante su inspiración y aliento, es posible que hubiera sido capaz de cambiar mi país y -quien sabe - tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El cambio surge del interior siempre. Si cambias tu perspectiva, cambia el mundo.

Es más sencillo de lo que parece, pero puede ser complicado si nos identificamos demasiado con el ego.