sábado, 26 de diciembre de 2015

La historia del monje Ikyu



Ikyu era hijo del emperador. Este lo tuvo de una de sus criadas y para tapar el desliz, lo confió a un templo; pero todo el mundo sabía que era un príncipe. 


Cuando Ikyu era todavía un niño, el jefe del templo lo envió con un mensaje urgente a otro templo. El pequeño se puso a correr y pronto se encontró delante de un puente a cuya entrada había un letrero que decía: "No pasar por en medio de éste puente, está en reparación", Ikyu lo atravesó rápidamente, pero un policía que lo observaba le paró y le dijo muy enfadado:

- ¿No te has fijado en el letrero?

Ikyu respondió

- Sí, me he fijado. Pone que no se puede pasar por enmedio del puente y yo he pasado por el borde.

Más tarde llegó a ser jefe de Daitoku-ji, el templo más bello de Kyoto, e introdujo la ceremonia del té, de la que es el fundador.

Bebía sake con las geishas y no cuidaba para nada su apariencia. Su kolomo estaba deshilachado como el de un mendigo. No se afeitaba y a veces tenía largos bigotes. No se bañaba, olía mal y su rakusu estaba sucio.

Un día, un hombre rico le invitó a una ceremonia conmemorativa por sus antepasados. Ikyu se presentó en la mansión vestido como un mendigo, y los criados,  tomándolo por un pordiosero, lo echaron. Entonces Ikyu volvió al templo y por primera vez, se puso un bellísimo kolomo violeta, un rakusu dorado, bonitos zapatos y un hábito de seda blanca.

Vestido así se dirigió a casa del hombre rico donde le estaban esperando. Allí recitó el Hannya Shingyo tres veces, cambiando de ritmo, pues había olvidado su libro de sutras.

De todas maneras, nadie iba a comprender nada... 

Cuando terminó la ceremonia se dirigió al comedor y los criados pusieron manjares deliciosos anye él. Su mesa estaba cubierta de platos. En Japón, se pone una mesa ante cada invitado; a veces hasta tres mesas en los banquetes más refinados. Entonces Ikyu dobló su kolomo y su rakusu. 

"Tendrá ganas de beber", pensaron sus anfitriones.  Pero él puso su rakusu y su kolomo ante la mesa e hizo sampai, sin tocar los platos.

- ¿Por qué no come usted? - le preguntaron.

Ikyu respondió:

- Este banquete no me ha sido ofrecido a mí. Le ha sido ofrecido a este kesa dorado y a este kolomo violeta,  así que ellos son los que deben comérselo. 

sábado, 14 de noviembre de 2015

La suprema bondad es como el agua


La suprema bondad es como el agua.
El agua todo lo favorece y nada combate.
Se mantiene en los lugares
que más desprecia el hombre
y, así, está muy cerca del Tao.

Por esto, la suprema bondad es tal que,
su lugar es adecuado.
Su corazón es profundo.
Su espíritu es generoso.
Su palabra es veraz.
Su gobierno es justo.
Y su acción es oportuna.

Y no combatiendo con nadie,
nada se le reprocha.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Tao Te King: LIII

Quisiera poseer la sabiduría
para poder marchar por el gran camino
sin temor a desviarme.

El gran camino es llano
pero la gente ama los senderos.

La corte de todo tiene abundancia
pero los campos están llenos de malas hierbas
y los graneros vacios.

Vestir ropas lujosas,
ceñir afiladas espadas,
hartarse de bebida y de manjares,
tener grandes riquezas,
es como el robo;
no es Tao

viernes, 16 de octubre de 2015

Los clavos en la reja


Hubo una vez un niño que tenía muy mal genio. Su padre le regaló una caja de clavos y le dijo que cada vez que perdiera el control, tenía que clavar un clavo en la parte trasera de la reja.

El primer día el niño había clavado 37 clavos en la reja. Durante las siguientes semanas, como había aprendido a controlar su rabia, la cantidad de clavos comenzó a  disminuir diariamente. Descubrió que era más fácil controlar su temperamento, que clavar los clavos en la reja.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos. Le contó a su padre sobre ésto y su padre le sugirió que por cada día que se pudiera controlar sacara un clavo. Los días transcurrieron y el niño finalmente le pudo contar a su padre, que había sacado todos los clavos.

El padre tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta la reja.

Le dijo: "Has hecho bien, hijo mio, pero mira los hoyos en la reja. La reja nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que ésta. Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo pero no importa cuántas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí. Una herida verbal es tan dañina como una física."

lunes, 29 de junio de 2015

Lo blando y frágil, lo duro y rígido: Tao Te King LXXVI


El hombre al nacer es blando y flexible,
y al morir queda rígido y duro.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles,
y al morir quedan duras y secas.

Lo duro y lo rígido
son propiedades de la muerte.
Lo flexible y blando
son propiedades de la vida.

Por eso, la fortaleza de las armas
es la causa de su derrota,
y el árbol robusto es abatido.

Lo duro y fuerte es inferior
lo blando y frágil es superior.