Un monje y su maestro caminaban lentamente a través de un sendero, que transcurría junto a un río, el monje le aseguraba a su maestro:
– En realidad da lo mismo lo que hagamos pues nuestras acciones nunca cambiarán nada.
Entonces el maestro agarró una piedra, la arrojó al río y dijo:
– Observa el río y las ondas que ha creado la piedra en él, la piedra ha marcado la diferencia.
El monje dejó que transcurriese un rato y las aguas se calmaron, ahora nada hacía suponer que se hubiese operado ningún cambio, el monje dijo:
– Pero mira, ahora las aguas se han calmado, en realidad no ha habido ningún cambio, todo sigue igual
– Parece que todo sigue igual, pero en realidad si que se ha producido un cambio, ahora la piedra permanecerá allí por siempre, se ha marcado la diferencia, ahora el río nunca será igual.
3 comentarios:
Espero no dejes nunca de tirar piedras ;)
Un saludo El Bardo
eso espero yo también, aveces cuesta darse siempre de bruces contra el río.
:-)
Hola!!
Como nueva seguidora me presento. Soy Montse, una de tus compañeras de educacion social.
Como hay que dar ejemplo de lo que se predica, me he animado a crear un blog y a participar en los que me interesan. Asi que te dejo mi direccion por si un dia queres darle un vistazo. La direccion es: http://celtolkianrosaventera.blogspot.com/
Lo que he leido me gusta. Breve pero intenso. Sigue asi.
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